Una frase muy común en el mundo
del fútbol es que ya está todo inventado. No todos lo defienden, y seguramente
no sea extríctamente cierto. Si uno compara la forma en que se jugaba hace 50
años y ahora, como han cambiado los conceptos tácticos, el nivel físico,
incluso el juego en sí, perdiendo un poco el toque “ingenuo” de que lo
importante es buscar siempre la portería contraria y valorando mucho mas el
equilibro ofensivo-defensivo etc. Desde luego, difícilmente podrá creer que
todo está inventado.
Sin embargo,
cuando uno por los azares de la vida, se pone a rebuscar en fechas pasadas, se
da cuenta, con que frecuencia, se suceden ciertas dinámicas, vicios, formas de
actuar, que te llevan a la conclusión de que el fútbol, a pesar de todo,
siempre ha sido, es y será igual y no lo va a cambiar y que los ciclos se
acaban reproduciendo. Como puede ocurrir en la moda, donde se suele decir, que
todo vuelve, y ya lo pudimos comprobar, como los pantalones acampanados
invadieron de nuevo las tiendas a principios del 2000, después de 30 años de
ostracismo, o durante los últimos años los piquillos o los ahora llamados
leggins, vuelven a pisar fuerte, una vez pasada su moda de los 80.
Todo ha
empezado a raíz de buscar cierta información del año 1959, para una entrada
(que nada tenía que ver con esta, sino con el entrenador del Madrid de la época
Luis Carniglia, al que creí cesado y repescado en el plazo de dos meses, cuando
en realidad lo que sucedió es que estuvo convaleciente de una enfermedad) y que
me llevó a leer varias crónicas y artículos de la prensa de la época. En ellos,
se puede trazar un gran paralelismo entre el club hegemónico en aquellos años
(el Real Madrid) y el club hegemónico en estos (el Barcelona).
Cuentan las
crónicas de la época, como el juego del Madrid era en muchas ocasiones insulso,
lento, sin energía, se leen quejas de que jugadores que eran delanteros, tenían
que ocupar posiciones de extremo (era el caso de Kopa y Puskas) y que no cumplian
con sus tareas defensivas con mucho rigor, o como se habla de Di Stefano como
el jugador por el que ha de pasar y fluir todo el juego del Madrid y que sin
embargo parece lejos de su mejor forma, o incluso que ya no es capaz de
realizar jugadas que dos años antes parecían sencillas de hacer para él. O que
a Gento le cuesta ser capaz de desplegar toda su capacidad por la banda
izquierda, como era su costumbre.
No deja de
chocar esa descripción del juego madridista, con la actual del club Blaugrana,
al que desde hace un año, se le acusa de realizar un juego mucho menos
enérgico, donde ha desaparecido parte de su característica presión defensiva,
su juego ofensivo es mucho mas lento y pausado, sin la velocidad que les
caracterizaba anteriormente. Donde varios jugadores, mas acostumbrados a jugar
de delantero, han tenido que variar sus posiciones en estos tiempos (Alexis,
Villa…) para hacer hueco al jugador franquicia
que cada vez canaliza mas el juego del equipo (Messi, argentino como Di
Stefano por seguir con las curiosas coincidencias) al que además, de un tiempo
a esta parte se le dice que está bastante lejos de su mejor nivel, o ya no es
tan determinante como antes. O como jugadores importantes, como Dani Alves, no
eran capaces de hacer los despliegues que realizaban anteriormente.
Incluso
podemos encontrar paralelismos, en como el Madrid era entrenado por un
argentino Luis Carniglia, como actualmente lo dirige el Tata Martino, mientras
que el Barça y parte de su afición vivía entregada por la personalidad de su
entrenador “estrella” Helenio Herrera, que podríamos calificar claramente, como
el Mourinho de la época. Por llegar al punto, podemos incluso ver, como parte
de la prensa de esas épocas, criticaba a Herrera, por sus declaraciones y
“salidas de tono” y llamaban (por
ejemplo en el ABC) de forma peyorativa “El profeta” (desconozco si ese mote ya
le venía dado a Herrera y desde la prensa, realizaban este uso poco menos que
sarcástico del apelativo).
Con esto,
al final lo que queda claro, es que en el fútbol, a parte de lo que pueda
evolucionar en cuanto conceptos, físico, táctica, reglas, etc. Tiene un
trasfondo que siempre es el mismo, donde los jugadores que ganan mucho, acaban
pareciendo que se acomodan, o tal vez, nos hemos acostumbrado tanto a verles
hacer según que cosas, que ya nos parece que si no siguen mejorando, es que está
ya acabándose su estrella, o que tienen su mente en otras cosas que no son el
fútbol (y eso ya lo decía Di Stefano, que en su época, también los jugadores
querían lucir el mejor coche, llevar a la mejor chica, etc). O donde las aficiones acaban reclamando “mas
hambre” y pidiendo nuevos jugadores ante el cansancio de ver siempre a los
mismos.
Esperemos
eso sí, que el simbolismo acabe aquí, el Madrid del 59, que parecía que iba 2
marchas mas lento que años antes y que sus jugadores no parecían ya a su mejor
nivel, aún ganó ese año y el siguiente la Copa de Europa y luego encadenó
varias ligas seguidas y fue capaz de llegar a finales de Copa de Europa en los
primeros 60. Este Barça, al que tras la marcha de Guardiola ya se le lleva año
y medio intentando enterrar, pero que de momento resiste, esperemos que si se
le consiga terminar de superar y que esta especie de pequeña “decadencia” sea
mas real que la del Madrid de aquellos años.