domingo, 3 de junio de 2012

Laso y la confianza

A inicio de temporada, el fichaje de Pablo Laso para ser el entrenador de la sección de baloncesto, generó infinitas dudas y escepticismo entre la afición madridista. Técnico con poca experiencia y con unos resultados que tampoco eran especialmente importantes. La gente, al ejemplo del fútbol, esperaba y pedía a un Mourinho del baloncesto, o a alguien similar, porque a un Mourinho del baloncesto lo acabábamos de perder con la marcha de Etore Messina, que no consiguió cuajar en el club en ningún momento, no se si por choque cultural, por inmovilismo del club, o por falta de adaptación del italiano, o por las tres cosas, pero no funcionó. Tampoco le ayudó alguna obcecación, como esa manía de reconvertir a un ala pivot en alero, como intentó primero con Dasic y luego con Velickovic, las dos veces sin éxito. Todo esto, unido a la importante reducción presupuestaria que tuvo la sección, hacía presagiar una época de mediocridad en la sección. La única buena noticia fue que por fin abandonábamos la Caja Mágica para volver al Palacio de los Deportes.

Yo siempre me he mostrado crítico con Laso en algunos aspectos, me parece tácticamente un entrenador bastante limitado, sus tiempos muertos a mi juicio, dejan bastante que desear, uno espera la típica moralina que haga a un equipo reaccionar y se encuentra con enrevesadas ideas y sistemas para mirar de encestar la siguiente canasta, que a veces hasta parece que se las va inventando sobre la marcha. Su estilo de juego, creo que se podría definir perfectamente como de patio de colegio. Correr hacía arriba, correr hacía abajo, nada de pausa, nada de pensar, todo fervor y piernas al mismo estilo que cuando juegas en el colegio. A pesar de ser crítico con él, tampoco me he mostrado beligerante, y le apoyo en todo lo que un aficionado pueda apoyar a su entrenador sin caer en el peloterismo sin sentido. Pero lo cierto es que poco a poco, el amigo Pablo me va consiguiendo convencer.

Y es que a pesar de todo, el equipo ha cuajado. Desde la misma pretemporada en la que perdió la Supercopa contra el Barça, pero por primera vez en varios años, le plantó cara realmente y le jugó de tu a tu. Para mí Laso, lo mas importante que ha hecho es devolverle la confianza a los jugadores. Con Messina era todo mucho mas automatizado, había poco margen a la improvisación, tengo que hacer esto, esto y esto. Los resultados no llegaron, el Barça nos apalizaba día sí día también y la autoestima en el equipo estaba por los suelos. Con Laso se ha recuperado un poco la esencia de la intuición del jugador, el jugador cree en si mismo, y han recuperado una confianza y fe que parecía perdida para siempre.

Sergio Rodriguez o Novica Velickovic, seguramente sean los dos casos mas llamativos, también por el hecho de que han sido los que mas han tardado en encontrarse a si mismos, pero la evolución que han seguido desde el inicio de temporada, en que parecían dos ex jugadores con miedo a intentar cualquier cosa a los jugadores incisivos y determinantes que son ahora es brutal. Otro como Llull, en el que Laso volvió a creer para el puesto de base, después de un tiempo en que había quedado postergado a la figura de tirador. Felipe, que está haciendo una magnífica campaña, después de dos años muy discretos, sumergido en unos sistemas que no acababa de saber llevar a cabo bien. O Tomic y Begic, a principio de temporada poco participativos, flojos en defensa, inapreciables en ataque, y que ahora han encontrado su rol dentro del equipo.

Ese es el gran mérito de Laso, devolverle al grupo la fe y la confianza en ellos, en que son capaces, en que no son inferiores a nadie. A pesar del chasco de caer en el TOP16 de la Euroliga, por dos partidos absolutamente horribles, contra Siena y Bilbao, que nos dejó fuera de la lucha por la final four por culpa del basket average, el equipo se recuperó, reaccionó con varias palizas a sus siguientes rivales. El juego, sigue siendo de patio de colegio, el equipo va a rachas, es capaz de meter un 20 a 0 y luego recibir un 0 a 15 en contra. Pero a la vez, hace que sea mas vistoso, desde luego no te aburres viendo un partido del Madrid. Los jugadores creen en lo que hacen y en que esa manera de jugar es la mejor. Y encima hemos ganado la Copa y ahora afrontamos la eliminatoria final de la ACB contra el Barça, al que esta vez sí, plantamos cara y hemos ganado en dos ocasiones ya esta temporada.

Algo de mérito ha tenido Pablo Laso en todo esto, tal vez mas como psicólogo que como entrenador, que ha hecho que volvamos a ser un equipo que lucha por todo hasta el final.

4 comentarios:

  1. Yo le añadiría a tu análisis que tarda mucho en pedir un tiempo muerto. Permite que el equipo se ponga diez abajo y no para el partido. Pero totalmente de acuerdo en la confianza... y no ha sido fácil tras tener a Rudy e Ibaka y quedarte sin ellos.

    ResponderEliminar
  2. Sí que es cierto, suele tener tendencia a pedir tarde los tiempos, lo cual evitarían parciales en contra mas abultados, como los que solemos recibir. Yo la verdad es que mas que Rudy, eché mucho de menos a Ibaka, la zona me parecía un solar sin él, pero poco a poco Tomic y Begic sin ser Ibaka, han encontrado un buen punto.

    ResponderEliminar
  3. A mi Pablo Laso me encantaba cuando jugaba con él en el PcBasket 4.0. Es todo lo que puedo aportar a esta entrada xD Soy incapaz de interesarme por la ACB/NBA, sólo me tiran las citas de la ÑBA en campeonatos importantes (oportunista, sí)...

    ResponderEliminar
  4. Jajajaja, a mí el baloncesto me encanta, la cantidad de alternativas que ofrece, en pocos deportes se pueden ver.

    ResponderEliminar